Llegó el día, se acabó el verano, hoy vuelvo a clase, vuelvo
a ver a mis compañeros, a mis profesores. Un año más todo vuelve a empezar.
Ayer me pasé toda la tarde forrando libros, “niño
lo dejas todo
para última hora”, decía mi madre, pero no importa, es mi
ritual. De repente cruzo la reja del colegio, subo los escalones que dan a la
puerta principal, ya no hay vuelta atrás, al cruzar la puerta, una amigable voz
me dice, "niño que vas tarde", Manolito siempre pendiente de todo. Apuré mis
pasos, pero al girar la cabeza hacia mi izquierda...."Ella"...los segundos se
hicieron minutos, los minutos horas, todo pareció paralizarse de
repente, "Ella", Señorita de La Salle, Maestra de maestros, Confidente de mis
secretos y preocupaciones, "Ella". Que fácil es empezar el día con Tu rostro y
que difícil olvidarlo, por más palabras que tenga un libro, hay lecciones que
se aprenden sin leer.